Tiempo Sin Condiciones

La Importancia del Tiempo de Calidad con los Niños: Más que una Etiqueta, una Necesidad He pensado mucho sobre este tema a lo largo de estos años que llevo trabajando con niños con D-Letras y después de ser madre he llegado a la conclusión de que en realidad lo que…

La Importancia del Tiempo de Calidad con los Niños: Más que una Etiqueta, una Necesidad

He pensado mucho sobre este tema a lo largo de estos años que llevo trabajando con niños con D-Letras y después de ser madre he llegado a la conclusión de que en realidad lo que necesitan los niños es tiempo con mayúsculas.

El tiempo de calidad que tanto está en nuestro vocabulario hoy en día no es más que una manera de silenciar nuestras conciencias, de justificar nuestra elección de vida y poder encontrar algo positivo en ello. Esto en muchas ocasiones  nos lleva al equívoco y nos genera frustración por no ajustarse nuestras expectativas a la realidad que estamos viviendo y a lo que obtenemos de ella.

El tiempo de calidad solo puede venir de mucho tiempo con nuestros hijos

Cuando nosotros hablábamos de tiempo de calidad, es tiempo donde estamos con nuestros hijos de una manera plena y solamente puedo estar de una manera plena cuando estoy mucho tiempo con ellos.

Es verdad que la vida que llevamos en muchas ocasiones no es compatible con dedicar amplios periodos de tiempo con nuestros hijos. Tenemos todo organizado y establecido en agenda con un tiempo para cada cosa y unos momentos o espacios para cada persona. Así no es posible tener ratos de calidad.

El Tiempo de Calidad: Más que una Frase de Moda

La calidad de una relación son precisamente los pequeños momentos y detalles del día y día y no los grandes acontecimientos. Os doy prueba de ello con algo tan interesante como el funcionamiento de nuestra memoria. ¿A que aquello de lo que os acordáis de vuestra niñez son pequeñas cosas y detalles que guardáis como vuestro mayor tesoro?

Cuando nosotros tenemos una conversación con alguno de nuestros hijos, cuando ellos en algún momento nos han contado algo que les ha pasado en el colegio, normalmente, ha aparecido en situaciones donde ya llevábamos un tiempo largo con ellos, donde no estaba nada planeado, donde simplemente estábamos pasando tiempo con ellos. Ahí es donde aparecen los momentos mágicos e insustituibles.

Ellos nos necesitan y requieren que estemos ahí. Las personas no somos máquinas, no podemos responder en una o media hora al final del día de los martes y jueves que establece la agenda. Así no se conoce a alguien, así no se acompaña a alguien en su dolor o en su alegría, en sus inquietudes…

Nos pasamos mucho tiempo separados y a lo largo del día y nos pasan muchas cosas.  Cosas que vamos almacenando como experiencias y como emociones. Cuando esto ocurre, y ocurre a diario, necesito volver a mi refugio y poder contrastar todo esto con alguien. Somos un ser fundamentalmente social  y afectivo. Necesitamos escucha, relación, afecto y cariño para poder desarrollarnos con normalidad.

Cuando yo estoy mucho tiempo con ellos, cuando estoy jugando, cuando estoy en pleno ocio, donde no tengo otra preocupación que estar mirándoles como pintan o cómo hacen una construcción de lego o cómo juegan con sus muñecas; es cuando los niños realmente sienten la necesidad de poder transmitir todo lo que ellos necesitan. Es cuando obtienen respuesta a sus inquietudes.

Necesitan jugar mucho. Necesitan que nosotros estemos. Necesitamos perder el tiempo juntos

Necesitamos tumbarnos con ellos en el suelo,  tirarnos con ellos en el sofá. Mirarles cómo se bañan, cenar con ellos… Básicamente, que estemos en todas las situaciones cotidianas.

Sólo en este contexto de presencia sin condiciones, aparecerá la necesidad de transmitir algo, de comunicar algo y de que el otro, en este caso los padres, les demos una respuesta que ellos puedan meter en su en su caja de aprendizajes.

Es muy importante tener esto en cuenta. A la hora de relacionarnos con ellos y de poder ir conociéndoles. Y que ellos también puedan conocernos a nosotros, que no nos sientan como extraños, como personas que nos dan todo lo que necesitamos pero que realmente no saben quiénes somos.

La Verdadera Calidad en la Relación Padre-Hijo

No sé vosotros pero yo no me siento a gusto con una persona que solamente me pregunta cosas que me han pasado durante el día o me habla de cosas que te que hay que hacer. En ese contexto nunca me va a surgir hablar de sentimientos, de sensaciones o de pensamientos. Eso sólo es posible en un ambiente distendido, en un ambiente de convivencia plena, de convivencia durante mucho tiempo y durante muchas horas.

Intentad hacer retrospección al periodo de la adolescencia… Es un periodo maravilloso donde uno siempre recuerda cómo perdía mucho el tiempo, echaba horas y horas en un parque comiendo pipas y hablando de lo terrestre y lo divino.

Es un periodo necesario y fundamental. Además, a lo largo de toda la vida. Porque la única manera de estar conectados con nosotros mismos, es estar en esa aparente sensación de pérdida de tiempo. Solo en esa aparente pérdida de tiempo nos encontramos a nosotros mismos y reflexionamos sobre las cosas que nos rodean.

Es necesario para nuestra felicidad y realización como personas trabajar en conectar con nosotros mismos y con los demás. Para poder hacer esto, y aprovecho para cerrar igual que empecé este artículo de reflexión, es necesario tiempo y tiempo…

Os propongo que realmente pensemos que el tiempo sí lo tenemos, lo que nos falta es decidir a qué y quién  quiero dedicarle ese tiempo.

Por eso si necesitas orientación en la crianza y relación de tus hijos? ¡Contáctanos hoy mismo y descubre cómo nuestro equipo puede ayudarte a construir relaciones familiares más sólidas y saludables!

 

Ana del Campo Pérez

PSICOLOGA ESPECIALISTA EN ATENCIÓN TEMPRANA

Si te ha gustado este post, compartelo con los tuyos en: