La Importancia de los Juegos al Aire libre en el Desarrollo Infantil

Hoy en D-Letras, te contaremos la importancia crucial que tienen los juegos al aire libre en la infancia y cómo estos contribuyen al crecimiento físico, emocional, cognitivo y social de los niños. Aquí comprenderemos cómo el simple acto de jugar al aire libre puede tener un impacto significativo en el…

Hoy en D-Letras, te contaremos la importancia crucial que tienen los juegos al aire libre en la infancia y cómo estos contribuyen al crecimiento físico, emocional, cognitivo y social de los niños. Aquí comprenderemos cómo el simple acto de jugar al aire libre puede tener un impacto significativo en el desarrollo y el bienestar de los más pequeños.

Fomentando la creatividad y la imaginación en los niños

Cuando el niño juega y sabe aprovechar su tiempo libre como niño, desarrolla todas sus potencialidades gracias a ese juego que le permite progresar en su conocimiento e  integrarse con el entorno. Es necesario para reconocer otras realidades y para alcanzar un desarrollo evolutivo más armónico.

Hoy en día nuestros niños juegan mayoritariamente en casa, hemos perdido mucho tiempo de juegos al aire libre. Quizá por las dificultades logísticas que conllevan a que tenemos que trabajar desde casa o hacer las tareas del hogar. Pasan mucho más tiempo dedicado a juegos en un ambiente cerrado en casa.

Sin embargo, el niño tiene que moverse, correr, saltar, jugar. Realizar otras actividades que promuevan su desarrollo de una manera más armónica. El impedir el juegos en espacios abiertos dificulta el desarrollo de aspectos sensorio motrices que resultan fundamentales en el posterior aprendizaje de lectura, escritura y cálculo.

El jugar en espacios cerrados hace que los niños tengan que utilizar otro tipo de juguetes que no estimulan toda su creatividad e imaginación. Es necesario tiempos para jugar en espacios abiertos, sin ellos el desarrollo es deficitario y puede generar posteriores dificultades de aprendizaje en los niños.

En los juegos hay que conseguir que los niños tengan una relación positiva entre las cosas y las personas, y que esa relación además sea  alegre. Es mucho más fácil promover toda esa alegría y esa positividad desde el movimiento y la imaginación. Tenemos que promover el juego simbólico que consiste en convertir los juegos y los juguetes improvisados que nos encontramos.

Los niños suelen estar en un estado permanente de buen humor y suelen estar queriendo convertir siempre todo en juegos. A veces eso es complicado para los padres, porque no todos los días nos encontramos con la misma capacidad para atender y entender a esa otra persona que tanto nos admira.

El secreto está en parar, observar y orientar el estilo de los juegos.

¿Cómo podemos lograr que un juego sea entendido en un sentido amplio como educativo, formativo y que logre incentivar a nuestros hijos en la curiosidad y el aprendizaje?

  • Es necesaria la exploración.
  • Necesitan explorar estímulos nuevos.
  • Que sean valiosos.
  • Deberán unir el juego y los valores para que para ser generosos, para ser sinceros. Para trabajar el esfuerzo para poder compartir, para saber perder, para ponerse en el lugar del otro.

Promoviendo la educación a través del juego y la exploración

Esta gran necesidad de juegos de nuestros hijos es una auténtica oportunidad de formación para ellos. Es importante que aprendamos a distinguir los distintos tipos de juegos y juguetes para los niños.

Otro aspecto muy relevante que hay que enseñar a nuestros hijos es que existen momentos de juegos y momentos de seriedad, hay que orientarles. Que en los momentos de juegos los vamos a construir usando nuestra fantasía.

Pero esa fantasía a veces tiene que acabar aparcada y tenemos que saber controlar ese impulso y saber que hay situaciones en las que nos tenemos que centrar en algo en concreto. ¿A lo mejor tenemos que ir a comer, a lo mejor tenemos que ir a una visita, a lo mejor tenemos que parar y cruzar la calle, a lo mejor tenemos que asistir a una ceremonia.

El objetivo es que nuestros hijos jueguen y se diviertan para luego saber parar y poder volver a retomar el juego una vez terminada la actividad que correspondiera hacer en ese momento. Tolerar la frustración de dejar de hacer algo que me gusta pero sabiendo que luego podré realizarlo y disfrutar de ello. Esto ayuda en la paciencia, demora del deseo y control de los impulsos.

Ana Del Campo Pérez

Psicóloga y Maestra en Audición y Lenguaje

 

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